—No lo sé... pero fue en
conmemoración de su muerte. No recuerdo el año. Allí me agarraste.
—Vale. Pero la imagen mira hacia el
mar, ¿no?
—¿Sabes quién habla de ella? Elmore. Tiene
un ensayo sobre el tema. Luego colaboró con los Yuyas para una puesta en escena,
donde resaltaron el hecho de que presenten a Mariátegui en silla de ruedas,
alrededor de los noventas fue esa vaina.
—Eso. Uno es cojo y el otro está en una
silla de ruedas.
[Diecisiete horas después]
—¡Ey!, clandestino. Ayer estuve por
28: Mariátegui mira hacia su casa que queda a media cuadra. No está en una
evidente línea recta, pero sí mira hacia donde se ubica.
—¡¡¡Ey!!! Hola. Olvidé que estaba
desconectado. Sí pues, acabo de pasar por ahí
y no mira en línea recta. Pero
tampoco mira hacia la casa Mariátegui.
—No directo, pero sí a la casa del
costado. Ayer caminé por allí. Sólo si te quedas en plena pista de 28, te cae su
mirada.
—¿Mira de reojo?
—No, de frente. Pero no a la propia Casa
Mariátegui, eso es verdad, pero mira a la casa del costado, por decirte. Tal
vez el escultor no lo calculó del todo bien. Pero lo que sí es cierto es que no
mira el horizonte.
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